Atardecer

Atardecer

Finos trazos de amarillo
dibujan en el horizonte una sonrisa.
Brazos muertos
se levantan en la nieve;
quieren alcanzar el cielo.

Descansa el río a mi lado.
Calla,
duerme,
permanece congelado.
Los aullidos de la noche
nos arrullan
o despiertan.
Las velocidad
y el frío
nos conducen
al silencio.

Llegué volando como un ave
cegada en la tormenta.
Di vueltas en el aire
hasta que el calor
me condujo
directo hasta la Tierra.
La abracé con fuerza,
el vaho me derritió
con su fina transparencia.

Me subí a las líneas
de un tren desconocido.
Me dejé llevar por las luces,
por el viento.
Abrí las alas
esperando ser empujado
por eso que algunos
llaman el destino.
Pero no hubo nada:
ni gritos
ni aplausos
ni ruido.
Sólo el blanco humeante
del tiempo destruido.

Cayeron la noche y sus estrellas.
Miré el cuarto de luna
que se reía a mis espaldas
y me levanté
para continuar con el trayecto.
Todo era obscuro ahora.
Sólo una sonrisa
iluminaba mi camino.

25/01/2015

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