Atentamante

Atentamante

Atentamante,
te dedico lo siguiente
para comentarte
que ya no quiero más
volver a verte.

Te conocí en un momento de mi vida
en el que no sabía muy bien dónde estaba
ni qué era eso que quería.
Me dejé llevar por las palabras
que salieron de tu boca
cuando aquí yo era el poeta.
Se sentía hermoso estar a tu lado,
ver tus ojos,
leer tus labios,
dejarme transportar por mis sentidos
a emociones a las que nunca había viajado.

Atentamante,
estaba escrito en mi poesía
que tú y yo nos encontráramos
sin obstáculos ni prisas.
No pudo ser de otra manera:
yo tenía que aprender
que para ti nunca sería suficiente competencia
y que al pasar los días
te darías cuenta
de que no podía ofrecerte más
que una compañía
que en ese momento no tenías.

Atentamante,
te agradezco por el tiempo permitido.
Me costó trabajo darme cuenta
de que lo que nos unía
no era eso que pensaba
ni tampoco eso que querías.

Atentamante,
no pretendo parecerme a ti
ni compartir tus enseñanzas
en alguna otra
o en mi propia cama.
Te puede sonar muy raro,
pero yo acabé sintiéndome el extraño
en mi propia relación.
Me hubiera gustado despedirme
con la confianza que teníamos
y no aparentar que sólo estás huyendo.
Por eso me tomo hoy la libertad
de escribirte la presente
para que nunca se te olvide
lo que con mi corazón
yo quise prometerte.

Atentamante,
juré nunca hacerte daño.
Olvidamos evitar
que sucediera lo contrario.

28/08/2014

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *