El biólogo

El biólogo

Ésta es la historia de un biólogo que,
por cierto,
no era ningún biólogo.
Solía despertarse en la madrugada,
cuando todo era silencio,
y miraba el techo pensando
quién le había roto el corazón
el día de ayer.

Ésta es la historia de un biólogo,
que no trabajaba ni con plantas,
ni con animales,
pero sí tenía un laboratorio
donde experimentaba.
Si estaba muy contento,
buscaba la fórmula para estar triste.
Si tenía mucha energía,
buscaba cómo sentirse melancólico.

Ésta es la historia de un biólogo,
de un biólogo que extraño
porque jamás lo llegaré a conocer.
De un biólogo que, sin embargo,
me enseñó a oler la libertad
y a dejar de preocuparme
por todo lo demás.

Ésta es la historia de un biólogo,
pero no de un biólogo cualquiera.
Sino de uno que se enamoró de su pasado,
de alguien a quien probablemente no recuerda,
pero es alguien a quien no puede dejar ir,
alguien que lo acompañará en su pensamiento
por el resto de la eternidad.

Esta es la historia de un biólogo
que nunca estudiará nada relacionado con la biología
ni estará en contacto con la naturaleza:
ni con la de la realidad,
ni con la de sus emociones.

17/07/2016