El concierto de mi vida

El concierto de mi vida

Ayer yo fui al concierto de mi vida.
Salí de casa por la noche,
con todo el dinero que tenía,
y me puse a recorrer las calles
sin saber muy bien a dónde iba.

Había sido un mal día:
llegué tarde al trabajo,
de regreso me mojó la lluvia;
necesitaba salir de la rutina
para olvidarme de lo que había pasado.

Me asomé a los ojos
que me fui encontrando en el camino.
En algunos vi puertas abiertas
y en otros ya no encontré espacio.

Decidí arriesgarme
e intentar algo distinto.
Me dejé arrastrar por notas
que jamás había escuchado.
Olvidé la música,
olvidé los pasos.
Y no supe quién cantaba
ni tenía idea alguna
de qué canción seguía.
Por unas horas permití
que me entretuvieran
las luces de colores
en un bello espectáculo.

El sudor valió la pena,
quedar afónico no me importó tanto.
Disfruté la compañía del primer extraño
que me llevó a probar con gracia
el ritmo de sus labios.

La madrugada me condujo a casa:
los sueños en mi espalda
y yo en el taxi
sin poder sacar de la cabeza
esa melodía
que tanto disfruté bailando.

Ayer fui al concierto de mi vida.
Si me preguntaran hoy,
no estoy seguro de que pudiera recordar
el nombre del artista;
tampoco saber cómo llegar
a ese bullicioso antro.

Ayer fui al concierto de mi vida
y hoy no me arrepiento del desvelo
ni el cansancio.

27/07/2014

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