Jet lag

Jet lag

Hay azules que no cambian,

ni noches que envejecen.

Las nubes dejan sordo

cuando alguien más ama con desdén.
De vez en cuando

existen cielos que no duermen,

ni aires por doquier.
Sentir en ocasiones es sublime:

La emoción que te evapora

hasta llegar hasta la médula.

El cansancio es a veces un pretexto

para perseguir estrellas sin destino.
No busques entender el universo;

siempre será muy complicado para ti.

Prefiere estar en calma,
recostarte,

sentir cómo las alas se guarecen

cuidándose de un frío infernal.
No hay necesidad de poner un filtro
a eso que tú sientes;

imagina que estás en sincronía con un amor

que llevas a mil metros de distancia.

Que uno está despierto

mientras otro duerme;

sólo para proteger el sueño, el primero,

mientras el otro lo sueña para no perderle.
Y así transcurre el día:

de azul a rojo,

con besos como escala,

y de naranja a gris.
Si preguntaran por la hora

no sabrías qué contestar.
Hay verdades que no cambian

y mentiras muy perennes.

Me pregunto si algún día

subirás conmigo

y serás mi acompañante

en este viaje

en el que da lo mismo

ir mirando las estrellas

que dormir pensando en el futuro.
Despierta cuando acabe.

Quizá en ese momento

ya sepas dónde estás parado

y dejes de pensar que donde sea que estés

yo voy a seguir ahí a tu pies.

06/01/2013

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *