La caja de los después

La caja de los después

Yo tengo una caja;
le digo la caja de los después.
Ahí echo mis sueños,
las palabras,
los abrazos
y momentos
que nunca llego a usar.

Yo tengo una caja
y ahí resguardo
los años de mi infancia
que nunca disfruté.
Ahí hay rompecabezas,
fotografías,
juguetes y poemas,
fruto de ideales
que jamás desempolvé.

De vez en cuando
voy de vuelta
a mirar
lo que alguna vez
olvidé ahí.
A veces me sorprendo,
pues no son sólo objetos,
sino recuerdos y experiencias
con las que en algunas ocasiones
yo me divertí.

Puedo percibir aún,
por ejemplo,
el sabor de los besos inocentes
y las gotas de sudor adolescente
que mis amores primerizos
me hicieron desprender.

Me pierdo a veces en recortes,
en sonidos y colores
que en ningún otro lugar
puedo obtener.

En mi caja de los después
guardo los paracaídas
y las oportunidades
que hoy están perdidas
o no sirven para nada,
pues jamás utilicé.

Yo tengo una caja,
la caja de los después,
y en ocasiones
ahí me duermo
cuando quiero
despertarme en un mundo
que me haga sonreír.

Yo tengo una caja,
la caja de los después,
y quizá un buen día de éstos
me quede a vivir por siempre
de una vez.

05/04/2015

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