Civilizaciones embarcadas;
los continentes no aguantaron
el calor dentro de la piel
y se extendieron millones de kilómetros
por la plataforma
hasta llegar al otro lado del mar.
Nadie sospecha que más allá
de donde se ocultaba el sol
existía un cuerpo distinto,
otra civilización.
Así comenzó la aventura
para el entendimiento de otro mundo.
La dimensión latina del amor.
Y así llegamos hasta el día de hoy:
con un clima mayormente nublado,
con una sensación térmica mayor.
Las palmeras bailando con el viento,
la playa acariciada por las olas.
Gaviotas suspendidas,
nubes protegiéndose del sol.
Música hecha para todos.
Las ruinas que se quedan
son las que más dicen lo que somos
29/09/2013