La ropa no es un reflejo de lo que muchas veces quieres expresar

La ropa no es un reflejo de lo que muchas veces quieres expresar

Muy buen día,
¿qué piensas ponerte hoy?
Si ves a alguien que te agrada
quizá quieras ponerte
calzoncillos ajustados
y acomodar muy bien el interior.

Piensa bien en tus calcetas,
calcetines,
medias,
¿qué dicen de ti?
Si quieres pasar por un rebelde
o evitar ser muy formal,
puede que no usar nada sea la opción.
Las rayas y colores
delatan tu estado personal;
es quizá,
de todas nuestras prendas,
la que más se acerca
adonde nuestros sentimientos siempre están.

El pantalón va más acorde con los otros,
con tu apretada agenda el día de hoy,
¿vas a divertirte?,
¿a cerrar un trato?
Ten mucho cuidado con evitar sentirse cómodo
cuando es otra la ocasión.
Hay días en los que es mejor fingir
que somos
como quieren los demás.

Piensa bien por qué recibes tu dinero:
si te pagan por pensar
o por vestirte,
si por una habilidad
o por tu estilo.
Reconfigura los objetivos de tu vida;
quizá estés en el lugar equivocado
por servir a marcas
que no te ofrecen ni un centavo
por promocionar sus logos
por toda la ciudad.

¿Y encima de todo eso qué vas a ponerte?
Manga larga,
manga corta,
con botones,
sin botones
o sin mangas ni botones.
La camisa es la mejor combinación
entre lo que los demás quieres que admiren
y lo que te gusta aparentar.
La más cuidada de las telas
porque en este mundo nos forzamos
a mirarnos de la cintura para arriba
para ya no vernos a los ojos.

Para terminar,
recuerda la más básica de todas:
zapato, cinturones y accesorios
van siempre del mismo color;
alíneate a lo que diga la etiqueta;
cuando menos empeño pones en vestirte
es cuando mejor te sientes de verdad.

13/10/2013

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