Lavanda

Lavanda

Reconstruir los rostros
es una aventura.
Nada imposible,
aunque tampoco
tarea sencilla.

Cuando hay muchas cicatrices
es imposible caminar
entre la piel maltratada,
entre los poros abiertos
por trincheras.

No sabría qué hacer
si estoy a la deriva
con sólo un rifle y mi alma
hecha jirones.

¿A dónde llegaré?
¿Acaso todavía es de noche
o es la pólvora la que nos impide ver
la luz del día?

El otoño es el preludio
a la caída de milenios.
Con estrellas y cometas,
impide que los sueños
de inocentes
se lleguen a cumplir.

Cuando abro las cortinas
un nuevo día comienza.
Me levanto con el pie derecho
y abro sólo un ojo
para ver cómo el mundo va tomando sus colores.

La rutina, te la sabes;
en sí, no hay nada que haya cambiado.

Me habla la conciencia
y me pregunta por qué lo hago.
Luego vienen las preguntas
que nunca contestaste.
Un dilema poco exacto
de lo que quisimos al instante.

Siempre hay alguien
dando ánimos
y otros que se dejan sobornar.
Nunca hay que hacer caso
a las voces del pasado.
De seguir,
sólo los instintos
entre el infinito y lo imposible.
Adonde quiera
que te lo propongas,
siempre habrá manera de llegar.

13/04/2015

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