Mundos hay bastantes,
como aquellos que florecen
y seducen a los hombres.
También los hay vividos,
y con afán de sembrar raíces
a los que tiene alas
para surcar los cielos.
También hay mundos
que se nublan
para no ver la luz del sol de nuevo.

Mundos hay bastantes,
como los que tienen polo sur
y polo norte.
Mundos hay bastantes,
como los que también están desorientados
y buscan sólo encontrar la gravedad.
También hay mundos con lunas
y cielos estrellados.
Y mundos donde se aterriza
y el suelo te acaricia
con su verde porvenir.

Hay mundos como éstos,
que lo tienen todo
y crean la ilusión
de que existen recursos suficientes
para el resto de tu vida.

Pero también hay mundos que erosionan,
que se acaban.
Mundos que se oponen.
Mundos que requieren nuevos aires
para revivir el magma de su centro.

Mundos hay bastantes:
transparentes,
de una cara,
de unas cuatro,
de unas seis.
Mundos codiciados por lucir abandonados
y mundos que aparentan
seguir la misma órbita.

Mundos hay bastantes:
como los que vamos construyendo
cada día.
Ruinas sobre ruinas.
Mundos que nos legan,
mundos que heredamos.
Mundos hay bastantes,
pero tú y yo jamás estaremos en el mismo.

19/05/2013