Ozono

Ozono

¿Qué va a pasar con todas esa flores
de las que hoy tienes envidia?

Morirán.

Se marchitarán uno a uno
sus pétalos
y caerán como
la nieve
cuando el invierno
ha terminado.

A ti también te pasará;
no debes temer de ello,
pero podrías
ocupar tu tiempo
aspirando el dulce aroma,
sintiendo el sabor liso
de tu piel.

No veas las espinas
como un defecto
que impide
que te abracen.
Son ellas tu esqueleto,
el uniforme
que envuelve el corazón
y lo mantiene
caliente
dentro de tu cuerpo.

¿Qué va a pasar contigo
y conmigo una vez
que el sol desaparezca?
Nadie podrá vernos
ni admirar nuestra belleza.
Nos quedará sólo
nuestra voz
y nuestro tacto.
La necesidad ingrata
de alcanzarnos
sin poder besarnos,
de sentir las espinas
sin cortarnos.

Demos pronto un viaje
a la esencia de las cosas,
a los colores primigenios
que emergen de la tierra
al contacto con el agua.

¿Quién se fijará en tus ojos
cuando los gusanos
hayan consumido tu mirada?
¿Quién recordará tus besos
cuando tus labios
se conviertan en carnada?

Sólo el tiempo
y el gran árbol,
y la sombra que sirvió
de almohada
para convertir los sueños
en tormenta.

¿Qué va a pasar cuando oscurezca?
¿Seguirás pensando
en las noches tristes
o en los días transcurridos
con sonrisas?

Puede.

¿Sabes algo?
A veces lo que nos protege
puede hacernos daño.

12/07/2015

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