Quizá me enamoré

Quizá me enamoré

Desde que te vi

me sentí desorientado;

sin saber muy bien qué hacer.

Escondiéndome de un presente

al que yo ya me había condenado.
No entendí

por qué te complicaste

siguiendo las reglas hasta el pie

cuando yo sólo quería estar contigo

para que te olvidaras ya de él.

Pero mira ahora dónde estamos:

bailando frente a frente y sin temer

que si alguien nos mira

es porque obvio nos envidia

y sabe que nada nos puede detener.

Quizá me enamoré

pero no de ti.

Quizá yo sólo quise explorar

un mundo distinto

y encontrar

un poco de aire

en este mar.
Y de ser unos extraños

nos volvimos conocidos

y salimos juntos

haciendo a un lado

todos nuestros mundos

y borrando las barreras

que nos separaban

de las ganas de querernos más.

Sabes que me encantas

y que lo único que nos separa

es que tú ya tienes a alguien más.

Aun así no pierdo la esperanza

de que alguno de estos días

pueda robarle a tu seria cara

una sonrisa de verdad.

Quizá me enamoré

pero no de ti.

Quizá yo sólo quise descansar

de un pasado triste

y olvidar

el daño que aún

no logro perdonar.

Quizá viniste a mí

sin que yo supiera bien

qué hacer,

pero tampoco me diste tiempo

de explicar

que nada de esto era en serio,

sino sólo algo para disfrutar.

Quizá llegaste aquí

pensando en que

te daría lugar,

pero no tomaste en cuenta

que yo no rayo ajeno

sin primero preguntar.

Y ahora tú vienes a mí

preguntando los porqués

de una decisión

que siempre he sido libre de tomar.
Te paras frente a mí,

pero ya no para bailar,

sino para reclamar un privilegio

que no sé en qué momento

te creíste con el derecho de tomar.

Quizá me enamoré

pero no importa ya seguir así.

Es una pena, amigo,

pero hasta aquí llegó

nuestra amistad.

Quizá me enamoré

y eso ya no lo sabrás,

pero en verdad sentía

algo muy lindo por ti.

18/11/2012

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *