Recuerdo cuando era otro.
Lo recuerdo.
Y también él me recuerda.
Éramos niños con sonrisas
jugando en el rocío:
cortando flores,
persiguiendo aves.
Borramos de los ojos
los días nublados.
Corremos entre la alegría
de nuestro verde
por prados descampados
viendo atardeceres
que no vuelven.
Recuerdo cuando era otro
y él lo recuerda también.
Cajas de las que desempacamos nuestros años
para admirarlos en la pared.
Y miro fotos,
y veo momentos
que me hicieron daño.
Y trato de ingresar por el cristal
a imaginar
que un hubiera
pudo haber hecho
que las cosas
terminaran de otra manera.
Al final
sólo yo sé lo que pasó.
Veo las fotos
y voy sufriendo
por lo que no quedó impregnado.
Lloro.
Recuerdo cuando era otro.
Y no sé si me recuerda.
Trato de armar con mis fragmentos
algo de ese sentimiento
que espero que un día vuelva.
Aquí están las fotos nuevamente,
y si alguien no me conociera
podría decir
con sólo verlas
que se trata
de una historia de amor perfecta.
No hay dolor,
sólo dos personas
que aún se quieren
pero no recuerdan lo que son.
08/06/2014