Tus otros yo

Tus otros yo

Nunca me contaste
de tus otros yo.
Pudimos haber hecho
entre todos una fiesta
o una orgía,
o simplemente
vernos cara a cara
sin tenernos que esconder.

Pude haber socializado;
incluso tener nuevos amigos
a quien llamar
cuando me sintiera triste o desolado,
o sentarme al menos
a discutir con alguien
de música o de arte,
o de cualquier banalidad
que pudiera hacernos olvidar
lo que sentíamos en ese instante.

Nunca me contaste
de tus otros yo:
ni aquella vez en la azotea
ni la otra vez en ese parque
cuando nuestros ojos
todavía miraban
en las direcciones incorrectas.

Nunca supe
si hubo amor antes que el mío
o si todo lo que hacías
era porque aún
eras como un niño
que no supo distinguir
entre la verdad
y la conciencia.

Hoy puedo ver tus ojos
y sentir el calor
de la llamarada
envolver mi cuerpo.

Es probable
que otros yo
hayan compartido el privilegio
de tomarte entre sus manos.
Hoy me quedo
con la duda,
sin embargo,
si con ellos también plantaste
sueños a lo loco
que no pensaste
ver en vida cosechados.

Y ahora mira dónde estamos:
Yo escribiéndote a lo tonto
y tú de algún modo esperando
a ver cómo hago ciertas
las promesas
que sellamos con los labios.

Aquí está una de ellas:
Porque alguna vez te dije
que si yo ya no podía seguirte amando,
reconocerías mi ser
en otros yo
que estuvieran a tu lado.

Nunca me contaste
de tus otros yo,
pero hoy puedo estar seguro
de que algunos días
yo soy ese tú
que mantienes reservado.

25/05/2015

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *