Duerme para que ya sea jueves

Duerme para que ya sea jueves

Hay días en que del cielo
van cayendo trozos de mosaico azul
que se rompen del impacto.
El suelo se convierte en agujas
de cristales,
mientras melancólicos bailan
las sombrillas junto a sus enamorados.

Hay días en que quisieras que el globero
te vendiera nubes en vez
de mentiras llenas de helio.
Salir volando
y sentir el aire
y ver desde arriba
las diminutas hormigas
con las que convives todo el día.

Ve su errar caótico,
intenta adivinar qué dicen.
Mira cómo mueven sus manos
y hacen gestos.

No valen la pena
pues levantas la cabeza
y ves lo infinito
de este firmamento.
Por allá está la montaña más lejana.
Por allá está la luna
que se ha quedado sin aliento.
Ahí viene la tormenta pasajera
de la que nadie aprecia
su belleza.

Hay días en que te gustaría
quedarte en cama
y sentir amanecer tu corazón
desde muy adentro.
Hay sueños recurrentes
que como días de la semana
se presentan ante ti
para recordarte que eres diferente.

Algunos duelen,
pero otros los disfrutas
como tiempo suspendido
del que no hallarás memoria.

Van pasando días
y no importa lo que sientas,
todo se queda
en el ayer
en cuanto el telón se cierra
con el canto de la madrugada.

Duerme para que ya se jueves;
sólo escucha las tonterías
que estás diciendo:
todo porque no sabes qué día es hoy
y a este punto
tampoco ya quién eres.

06/12/2015

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