Instrucciones para suicidarse y no morir en el intento

Imprimir

 

I

Quizá baste dormir temprano.
Permanecer tranquilo.
Continuar con la rutina.

 

II

El primer síntoma será despertarte a media noche
por una inquietud inexplicable.
Recuerda mirar el reloj
y apuntar la hora.
No pienses más en lo que te da dolor,
sino en lo que te puede brindar alivio.

Vuelve a cerrar los ojos:
la oscuridad se colará por tus oídos
y te envolverá en un tierno capullo
del que jamás despertarás.

 

III

Alza la cobija y huye de la cama.
Ve a la regadera:
el agua fría es recomendable.
Talla y remueve aquella pesadez que traes cargando.
Abre tus poros al nuevo día.

 

IV

Al salir de casa
quizá quieras verte por última vez en el espejo;
observar cada detalle:
ya no eres el de antes,
pero tampoco te pareces al de ahora.

 

V

Búscalo con un mensaje, una llamada;
hazle saber que la jornada ha comenzado.
Quédense de ver en un lugar abierto:
un parque o una fuente pueden funcionar perfectamente.

Al llegar, sonríele,
devuelve la mirada.
Trata de olvidar cómo terminará todo
y disfruta estando a su lado.

Dedícale tu tiempo,
hazle saber que para ti es importante.
Si la situación lo amerita,
tómense de la mano o regálale unas rosas,
una carta, un chocolate.
Muy pronto te darás cuenta
de que quien está frente a ti,
por alguna extraña razón,
comienza a ser tuyo
sin que nada lo justifique.

 

VI

Hagan cosas tontas
como guardar silencio,
repetir la misma serie de preguntas
o acompañarse hasta la puerta.
Al despedirse digan frases como:
«Espero que te hayas divertido»
o «a ver cuándo nos vemos».
Cualquier cursilería
puede ser adecuada para el momento.

 

VII

Avísale cuando hayas llegado a casa.
No olvides agradecerle de nuevo y bromear con él
aunque sus palabras sean muy simples.
Dile «buenas noches»,
mándale un emoticón feliz.
Queden de verse nuevamente
y despídanse una
y otra
y otra vez.

 

VIII

Recuerda no creer que te pertenece totalmente;
de lo contrario, comenzarás a volverte loco,
a buscarle,
a seguirle,
a pensar que cada cosa que hace o dice
se refiere a sólo a ti.

 

IX

Olvídense el resto de la semana
porque para entonces
ambos estarán ocupados
tratando de poner pretextos
a cada ausencia de sus vidas.

Procura no decir su nombre a menudo.
Organiza el día de tal forma
que nunca se vayan a cruzar
los tres en el camino.

 

X

Si todo falla y eres obvio,
niega la verdad.
Aborta la misión.
Cambia de estrategia.
Elimina todo aquello
que te pueda poner
en evidencia.
Recapacita un poco en la relación que ya tenías
y piensa si en verdad vas a dejarlo todo
por una calentura.

Quizá con pedir perdón sea más que suficiente,
o igual sea necesario dejar de hablar del tema.
Como sea, deja que pase el tiempo,
que él consiga a otro
con el cual pueda olvidarte
y que tú así lo olvides
aunque sepas que los celos te carcomen
en el fondo.

 

XI

Jamás dejarás de pensar en él;
eso es un hecho,
pero al menos finge un poco de demencia
hasta que la balanza
se encuentre
de nuevo a tu favor.

O tú encuentres alguien más
que pueda satisfacer tus deficiencias.

 

05/05/2013

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *