Tú y yo somos rompecorazones
así como los héroes:
cubriéndonos con máscaras,
vistiéndonos de muerte.

Nos gusta ir por la vida
sonriéndole a las puertas;
sabemos de antemano
que tras la mirilla
esperan las miradas
que no fueron nunca
bien recibidas.

Tú y yo somos rompecorazones:
los que nos detenemos
para apreciar un hormiguero
hasta que se nos da la gana
de pisar la tierra
y ver a todas las criaturas
volverse locas
por no saber qué hacer
tras el desastre.

No medimos consecuencias;
pensamos que con borrar las huellas
ya es suficiente
para suponer
que no hubo rastro antes
que nos hayan traído aquí.

Tú y yo somos rompecorazones
desde que nos vimos,
sólo que por un momento
nos confundimos
y pensamos
que quizá por nuestra condición
podríamos estar juntos.

Pero qué tontos fuimos;
los rompecorazones
no podemos disfrazarnos de cupidos.
Indudablemente nos quejamos
de que nadie nos entiende,
pero cuando alguien mira quiénes somos
no hacemos más
sino asustarnos
y huir despavoridos.

Tú y yo somos rompecorazones
y por tanto condenados
a nunca estar unidos,
a observarnos mutuamente
fracasar con nuestros amoríos
mientras nos seguimos
desnudando con la mente.

Tú y yo somos rompecorazones,
los mejores de nosotros
que estar juntos se han prohibido.

04/08/2013