La noche es la cortina
para sentirnos invencibles.
Vamos solos,
nos sentimos todos,
somos los que alzamos las banderas
y protestamos por las calles.
Vamos impregnando las paredes
de reclamos y poesía,
de memorias y recuerdos
que han sido olvidados
por todos los de arriba.
Nosotros somos los que mantenemos
vivo el fuego,
los que encendemos cigarrillos
y quemamos calles
antes de que alguien queme nuestros cuerpos.
Construimos barricadas
con todos nuestros sueños.
Lanzamos piedras,
improperios,
maldecimos al gobierno
mientras grabamos injusticias
para que después
otros puedan vernos.
Corremos tras los tanques,
nos subimos a la muerte
propulsados por cohetes
inventados por aquellos
que queremos destruir.
Nos alimentamos de esperanza,
hacemos huelga de verdades,
construimos el mejor mundo posible
destruyendo el que nos ha dado de comer.
Somos voces de la tierra
que disipa el viento.
Somos mártires anónimos,
víctimas de la
irresponsabilidad.
Fabricamos los culpables,
nos defendemos con ataques
sin detenernos a pensar.
Vamos por el mundo
sin entender causa y efecto.
No queremos ser parte del sistema
ni perder comodidad.
Seguimos siendo como niños:
huimos ante el miedo,
nos da rabia el enojo.
Clamamos por justicia
sin saber de compromiso.

23/11/2014