Mentirosaurio,
dime la verdad,
dime a quién persiguen tus ojitos,
o qué quieres cazar.
Se te da muy fácil esto
de llegar adonde quieres
sin decirnos la verdad.
Algunas veces finges ignorancia,
como si eso te hiciera inocente
y ajeno de responsabilidad.
En ocasiones me ha tocado
que desacreditas a la competencia
con el fin de que yo crea
que no me puedes lastimar.
Mentirosaurio,
dime la verdad,
no tienes que darme excusas
de que dejaste ser quien eras
sólo para obtener algo de mí.
Sería más fácil, sabes,
si no te pusieras guantes
para esconder las garras
y si te quitaras la sonrisa
para disimular el filo de tus dientes.
Ya son varias veces que lo que me dices
lo tomo con cautela
porque sé que tienes la costumbre
de hacer precisamente lo contrario.
Mentirosaurio,
no sé lo que quieres,
sabes que tu camino es la extinción
y aun así no cambias cómo eres
por temor de que desaparezca
todo lo que tienes.
Mentirosaurio,
dime la verdad.
Si con cómo te comportas
te gustaría ser recordado,
y si la versión que tú nos cuentas
es la que tú también quisieras
que nosotros replicáramos.
Mentirosaurio,
no sé si me tranquiliza
saber qué estás haciendo
o me da más ansias
por saber que sigues engañando.
Mentirosaurio,
dime la verdad,
hasta dónde puedo creer en tu palabra
y en las veces que me has dicho que me quieres
o que volverás.
07/10/2012