No me quiero ir

De mañana y desperté de nuevo
con la sensación
de no saber en dónde estoy
o qué ha sido de mí.
 
Anoche estaba bien; estoy seguro.
Hoy me duele todo, 
me da vueltas la cabeza,
necesito ya dormir.
 
Me doy la vuelta
y descubro que hay alguien en la cama.
¿O estaré yo en otra casa?
Ni siquiera sé quién no debería de estar aquí.
 
Cojo mi teléfono
y reviso cada una de las fotos.
Quiero recordar un poco;
vaya que sí me divertí.
 
Este fin salí de fiesta, 
no quería quedarme en casa;
yo buscaba simplemente 
un lugar adonde ir.
 
Anoche estaba bien; estoy seguro.
Hoy necesito una aspirina
o quizá un vuelve a la vida
para saber otra vez de mí.
 
Anoche vi a muchos llegar,
vi a muchos partir.
Resistí al final
cuando muchos se querían rendir.
Regresé a mi casa
a medianoche
y también de madrugada,
aunque eso implicara no dormir.
Besé y me dejé besar.
Volví y nunca me fui,
o quizá nunca te dije
que no iba a regresar.
 
Así ha sido contigo 
y así ha sido con otros;
lo importante ha sido siempre ser feliz.
Nunca quiero que la noche acabe.
Oye bien, querido amigo:
No me quiero ir.
 
Ayer fui a otro recoveco
en el que no ubicaba a nadie,
aunque con el tiempo
seguramente todos a mí sí.
 
Fui a la barra por un trago,
sin expectativa
o plan armado
y entonces fue cuando te vi.
 
Me dijiste, “hola, extraño,
me dejas invitarte algo.”
Y por supuesto
que dije yo que sí.
 
Este fin salí de fiesta, 
no quería quedarme en casa
yo quería simplemente 
un lugar adonde ir.
 
Así vi a muchos llegar,
vi a muchos partir.
Si querías irte temprano 
pasaba yo de ti.
Regresé a mi casa
a medianoche
y también por la mañana,
aunque eso implicara que no supieras más de mí.
Me besé  
y me dejé besar.
Volví y nunca me fui,
o quizá a decirte que no eras mi tipo
nunca me atreví.
 
Así ha sido contigo 
y así ha sido con otros;
lo importante siempre ha sido ser feliz.
Nunca quiero que la noche acabe.
Escucha bien, querido amigo:
No me quiero ir.
 
El lugar importa poco
si se está bien solo.
Si la gente es muy molesta,
prefiero cerrar los ojos
y dejar que la música lo borre todo.
 
Este fin salí de fiesta, 
no quería quedarme en casa;
yo quería simplemente 
un lugar adonde ir.
 
Así vi a muchos llegar,
vi a muchos partir.
Resistí cuando 
muchos se querían rendir.
Regresé a mi casa
al día siguiente
y también dos días después,
aunque eso implicara que debía mentir.
Besé y me dejé besar,
aunque también me supe resistir.
 
Así ha sido contigo 
y así ha sido con otros;
lo importante siempre ha sido ser feliz.
La música es para vivir.
Escucha bien, querido amigo:
No me quiero ir.

—
Cuarto sencillo extraído del libro Música Muda (2020), disponible a la venta en TW/IG @karbonarts.