Perfume en mi nariz. Un aroma que indudablemente sabe a ti. No sé a dónde vamos, pero tus manos son la brújula y el mapa que he estado esperando.
Verte se siente como el día uno, algo que no me había pasado con ninguno. Amarte mantiene el fuego vivo. Pero, oh, amor, yo ya no sé qué hacer contigo. Un día me amas y al otro no me hablas.
He aprendido a quererte con tus aciertos y fantasmas. Con lo que dices, pero también con lo que callas.
Aunque si me preguntaras qué es lo que de ti más se extraña te diría que es tu voz tan dulce que me dice que todo estará bien y me mantiene en calma.
Llamas en mi corazón cuando me llamas, porque así yo sé muy bien que todavía me amas.
Pasan los días y no me aguanto ya las ganas de verte y abrazarte. A tu lado acurrucarme. En tu regazo acostarme y mirar las estrellas en tus ojos. No importa si nos miran o si estamos solos, cuando estamos juntos solo hay lugar para nosotros.
Tengamos una cita como en los viejos días: Tú y yo de la mano, sin otra cosa sino amarnos.
Oh, solo pensar en ti me derrite de verdad. Y se nos pasa el tiempo entre las manos como la lluvia que corre por tu cabello cuando cae la tempestad.
Oh, pero yo ya no sé qué hacer contigo. Un día me amas y al otro no me hablas.
He aprendido a quererte con tus errores y fantasmas. Con lo que dices, pero también con lo que callas.
Llamas en mi corazón cuando me llamas, porque sólo así, yo sé muy bien que todavía me amas.
Pasan los días y no me aguanto ya las ganas de sonreír y tocarte. En tu brazo sujetarme. En tu corazón olvidarme de los miedos y el enojo. No importa si nos miran o si estamos solos, cuando estamos juntos solo hay lugar para nosotros.
Tengamos una cita como en los viejos días: Oh, solo pensar en ti me derrite de verdad.
Llamas en mi corazón cuando me llamas y me invitas a salir o me cuentas de tu día y que te acordaste de mí.
Llamas en mi corazón cuando me llamas porque solo así yo sé que todavía me amas.