Préstame tu oído

Un mal día
depende mucho
desde dónde se le mira.

A veces llueve
y el agua nos inunda
y nos llega hasta el cuello,
y no sabemos qué otra cosa hacer,
mas que llorar
para lidiar con ello.

Pero no hay nada que esconder
ni por lo que debas tener miedo.
Llora hasta que
saques todo lo que tengas dentro.
No tengas miedo de al final
sentirte triste o vacío,
que yo voy a estar aquí
para rellenar tu corazón
con recuerdos súper lindos.

Yo sé que el mundo va deprisa,
pero tómate un momento.
Quédate con las experiencias
y las risas
y lo que te pone muy contento.

Saborea el aire
que respiras
y ve más lento.
El tiempo pasa
con todos por igual
y no hay por qué llegar primero.

Préstame tu oído
que una cosa yo te digo:
Pon cómodo tu asiento
y disfruta.
Aquí yo voy a estar
para llevarme todo eso
que te angustia.

Un mal día
depende mucho
desde dónde se le mira.

A veces se nubla
y la ansiedad nos recorre todo el cuerpo,
y no sabemos qué otra cosa hacer
mas que bajar los hombros
y esperar por el tormento.

Pero no hay nada que temer
ni por lo cual sentirte solo.
Grita hasta que
te quedes sin aliento.
No tengas miedo
de quedarte sin tu voz,
porque el lenguaje
de tu corazón,
créeme,
yo lo entiendo.

Préstame tu oído
que una cosa yo te digo:
Mira alrededor,
que esto no es un sueño.
Derrumba las paredes
que llevas adentro;
aquí yo estoy
para llevarte de la oscuridad
al otro extremo.

Si te sientes mal
o solo buscas alguien
para hablar,
aquí estaré;
tómate tu tiempo.

Y quizá yo no comprendo,
y tú digas que no sabes nada de poesía,
pero lo importante
es que nos queremos
el uno al otro en nuestras vidas.

Si quieres llorar,
vamos a llorar.
Si quieres reír,
vamos a reír.
Todo lo que necesites;
el cielo y tú
son el límite.

Préstame tu oído
que una cosa yo te digo:
nunca me estarás pidiendo demasiado,
sólo lo que desde el inicio
te debieron haber dado.

29/05/23