Todo cabe en seisveintocho por seisveintiocho
si lo sabe imaginar.
La más divertida historia de nosotros
huyendo de la escuela,
yendo a jugar,
sin importar el lodo
en el uniforme
ni las cicatrices
en los codos.
También cabe la historia de un mal día,
de la decepción que nos llevamos
por no aceptar
las consecuencias de lo que quisimos
a pesar de no haber sido lo que pensamos.
Seisveintiocho
por seisveintiocho
es la ventana
hacia el futuro.
Las posibilidades infinitas
de ser tú mismo
en un espacio reducido.
Hay días que se convierten en leyendas,
situaciones que vale la pena
recordar.
Llenamos siempre con historias
nuestros momentos solitarios,
y a veces ilustramos las mejores
con recuerdos
o fotografías,
o con un collage
de sonrisas inventadas.
Seisveintiocho fue un número azaroso,
una prueba de que la creatividad cabe hecha pixeles
en un archivo digital.
Seisveintiocho es una aventura diaria.
El motivo por el que seguimos haciendo posible aquello que no existe.
29/12/2013