Sin voz para escucharte

Sin voz para escucharte

La ciencia quiso explicarme algo

pero no logré entenderlo.

Era algo sobre la vida,

y sobre lo que uno dice sin pensar.

Me dijo algo así como

no desgastes las palabras,

que son oportunidades
que tiramos al vacío

sin estar conscientes

de las consecuencias.

A veces también uno crea un muro

de cristal

para evitar que esas balas

atraviesen espejismos

y nos alcancen del otro lado

con sus pétalos y espinas.

Y la voz es como un molino,

que necesita voluntad

para dar vueltas.

Y a veces vamos muy rápido

y otras muy lento,

y entonces no entendemos

el porqué no tenemos

la suficiente energía

para seguir hablando.

Hay ratos en que no tenemos voz

para decir hola,

y hay otras en que nos sobran los alientos

para decir adiós.

De repente tenemos voz

para hablar,

y otras nos hace falta voz

para escuchar.

En ocasiones hay hojas en blanco

que mueren por callar

y plumas sedientas de arar tierras

para sembrar historias.

No hay semillas,

sino realidades.

No hay mentiras,

sino ficciones.

Así fue como me di cuenta

de que trato de explicar un mundo

que no necesita mi razonamiento,

que no importa el orden de los crucigramas

sino las palabras

que uno escribe dentro.

La ciencia me lo dijo todo,

pero hubo partes que no escuché

y otras que fingí no hacerlo.

10/02/2013

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *