Anoche un dj salvó tu vida;
deberías sentirte afortunado.
Te gusta el rock and roll,
¿a quién engañas?,
pero esa noche preferiste hacerle caso
a tus amigas
sabiendo que las chicas
sólo quieren divertirse.
Te recargaste en la pared,
bebida en mano,
aburrido por la música de moda
de este cruel verano.
Oh, míralo, ahí viene,
un chico de otro barrio;
un come hombres
que te arrebató el aliento
con su chamarra,
camisa blanca
y pantalones ajustados.
Vamos a bailar, te dijo,
y al ritmo de la noche
te hizo dar vueltas en la pista
(como un disco).
woh- oh -oh-
oh- oh –oh –oh –oh
woh- oh
Relájate;
escucha tu corazón.
Todos deben aprender a veces
que vivir es vida
y el amor, un campo de batalla.
Nada se compara contigo
-te susurró por accidente-.
Quiero sentir tu cuerpo ahora,
¿o acaso no me quieres, nene?
Pero cómo hacerlo ahí mismo,
frente a todos,
cuando siempre aparentaste
ser como otro ladrillo en la pared.
Salieron entonces de ese bar,
te llevó adonde las calles
no tienen lugar,
y en el nombre del amor
te dejaste morir entre sus brazos.
woh- oh -oh-
oh- oh –oh –oh –oh
woh- oh
Sentiste que el cielo
puede ser posible en tierra,
y que estarían por siempre juntos
no importando lo que fuera.
Pero deja de soñar,
todo ha terminado;
ahora eres el único dueño
de un corazón muy solitario.
No trates de combatir el sentimiento,
chicos de verano habrá muchos;
sólo no dejes de creer,
pues quizá de esto
es de lo que estén hechos los sueños.
Y aquí estás de nuevo,
con tus alas rotas,
diciéndote aquí voy de nuevo.
Abre tu corazón,
disfruta del silencio;
sabes que siempre hay una luz
que no se apaga
y que aún no has encontrado
eso que viniste buscando.
Sigue siendo a tu manera;
después de todo,
quién no lo era en los ochenta.
13/01/2013