Falso cielo el que nos une al mismo tiempo en dos puntos distantes viendo al mismo objeto.
Falso cielo el que nos cubre y en el que actuamos los papeles más extraños que otros nos dictaron.
Falso cielo el que yo veo y el que tú ves; gustos semejantes separados por recuerdos. Competencia y sufrimiento. ¿A quién duele realmente nuestra desgracia: a quien la sufre más o quien la sintió primero?
Falso cielo sin memoria. Repetir día tras día la misma historia porque no tenemos que hacer otra cosa.
Falso cielo desde arriba y desde abajo. Sin importar cómo miramos. Estrellas reducidas a espectáculo.
Falso cielo al que lanzamos las promesas que otros más nos encargaron. De él mismo recogemos las palabras que ya no tienen un significado.
Falso cielo bajo el que bailamos. ¿Quién iba a pensarlo? Ilusos buscando las respuestas que aun nadie ha preguntado.
Falso cielo bajo el que cantamos. Porque nos gusta estar descalzos, mas no desnudos, en el mismo cuarto.
Hemos olvidado lo que es estar cercanos para evitar la incomodidad de preguntar lo que más deseamos.
Falso cielo el que nos une a lo que más odiamos, pero al que a esta altura, finalmente, nos acostumbramos.