La noche es un hilo de cristal,
los átomos flotan como nieve.
Nadie quiere respirar,
nadie va a moverse.
El frío llegó hasta nuestras voces,
nos hizo cerrar las cortinas de dolor.
Los reyes van y vienen cuando quieren;
muy pocos de ellos terminan siendo héroes.
Las flores resguardaron sus retoños,
las bestias se fueron a dormir.
Hubo algunos hombres
que huyeron de zoológicos
y mejor se encerraron a sufrir.
Un hombre encendió la mecha,
la mujer disparó sin dirección,
se acabó el oro en las reservas,
se acabó el oxígeno en el corazón.
Hay naciones de las que todos somos terroristas
y países de los que nacemos ciudadanos.
Nacionalidades cuya identidad es pasaporte
cuando no sabemos bien a dónde ir.
Alta tensión dicen los periódicos
y todos con carteles y pancartas van pidiendo su perdón.
Hay turistas que se han equivocado de destino
y trabajadores que ya no pueden regresar.
Alta tensión en la mañana,
en este aire,
en los latidos del reloj.
Alta tensión e incertidumbre
cuando caminas por las calles;
nunca sabes en qué momento
se encenderá el interruptor.
Siempre existen horizontes electrificados
y moscas necias que aún siguen la luz.
06/10/12