
Cuartos vacíos
con olor a soledad.
Lágrimas escurriendo en las paredes
que ahora saben a humedad.
Pasillos llenos de rumores,
latidos fríos
y sudores agitados.
En este hotel
conviven sombras
y esperanzas.
Alimañas viviendo
entre la alfombra
y escondidas entre cuadros.
Respirando polvo;
desoladas entra ropa usada
y toallas sucias
que nadie se ha molestado en levantar.
Habitaciones sin ventanas
que asfixian relaciones
que de por sí no llevan a nada.
Uno escucha
en estos cuartos
a las mucamas
cuando barren
corazones rotos
en la madrugada.
Se escucha
cómo juegan al rompecabezas
con los poemas y canciones
que nunca fueron entregados.
Aquí son otros los que hacen la reserva
para alojar amores
que no han sido entendidos.
Éste es el lugar que habitan
los que llegan muy temprano
y los que nunca saben la hora en que se irán.
Nadie sale herido
en lugares donde nunca se hacen compromisos.
Por eso aquí es lugar seguro
para aquellos que buscan un refugio
de lo que jamás verán venir.
Amores fumigados.
Sentimientos que día con día
son desinfectados.
En este hotel tienen cabida
los que piensan que la amistad es una gripa
que con el tiempo
y con cualquier otro remedio
un buen día se quita.
05/05/19