
Segunda parte, primer apartado:
No se garantiza proclamar la libertad
hasta no haber superado la derrota.
El amor,
dejarlo a un lado.
Nada es mucho mejor
que insertar en un papel
una mentira
y arrojarla al estanquillo.
Ver cómo no se hunden nuestros barcos;
celebrar lo acontecido.
Entre miedos y esperanzas,
conocer cómo se diluye nuestra sangre
entre todas las sustancias.
No queda rastro de evidencia,
a pesar de los reactivos.
Ha hecho usted un buen trabajo:
Ha ocultado por completo las noches
de su completa negación.
Sólo uno, fue lo usted dijo,
y por supuesto que alguien le creyó.
Pero con eso fue más que suficiente
para que por azares del destino
la pasión de la tormenta
Trajera la verdad consigo.
Escribir cartas sin respuesta y,
de repente,
cortar la inspiración.
Dar de baja aquel contrato;
comenzar alguno nuevo
sin dar la notificación.
Por supuesto,
no se puede abogar
por lo que nunca fue otorgado.
Ingenuo de mi parte;
positiva confusión.
2019/12/01
Escrito originalmente en 2008/02/04