Procura no dejar tus sueños en mi cama

Procura no dejar tus sueños en mi cama

Son pocos los días
que se quedan en la casa.
La mayoría vuela con el viento,
se hace polvo,
se va por la ventana.

Bajo la ropa hay un mar desconocido:
la aventura de encontrar
tierra firme en la oscuridad.
Andar a tientas,
zambullirse a gatas.

En los muelles donde el sol y el horizonte se cruzaron
sólo hubo lugar para un valiente.
Un sueño anticipado
de un ideal que así será en el futuro.
Y mientras el destino llega,
conducido en un pesquero,
hay el tiempo necesario para ver los peces
tras el agua transparente:
contemplarlos,
seducirlos.

Los pies que tocan tierra
son besados por la rabia.
Un retorno agradecido,
un camino señalado por estrellas
que se han erosionado.

Vienes de un complejo viaje
orgulloso de tu pesca.
Has visto demasiado,
has aprendido suficiente.
La marea te ha llevado a distinguir bien
qué clase de hombre eres
y aquello que quieres de la vida.

Pero en este hogar
lo que menos interesa son los paisajes
donde te hayas detenido.
Aquí eres como cualquiera de los otros
que salió a pescar un día
harto de comer pescado.
No confundas cortesía con los negocios,
ni interés con una plática.
No deshagas tu maleta
para mostrarme lo que te hace falta:
hagamos el amor
y procura no dejar tus sueños en mi cama.

08/12/2013

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