Señorita No

Señorita No

Me preguntaron si era yo
la Señorita No
y yo dije que sí.
No me consultaron
si quería ser una princesa.
Me sacaron de la infancia
para convertirme en una reina
y yo obedecí a los hombres
sin ninguna resistencia.
Me pusieron la corona,
maquillaron las heridas,
me pidieron que sonriera.

Después abrí los ojos
y ya estaba en una reja.
Me llevaron a escondidas,
me dejaron sola,
hambrienta,
confundida.

Me tomaron de las manos
y dijeron que estuviera yo tranquila.
Me amarraron a la mesa,
me fueron desnudando.

Se metieron a mi boca,
me llenaron de discursos;
me hicieron parecer
que les había fallado
al haber sido mujer.
Les creí.

Pasaron el fuego por mis pechos,
me cauterizaron;
me convencieron
de que atentar
contra mi cuerpo
era lo mejor
que podía haber hecho.
Les creí.

Rebanaron mi vientre con cuchillos.
De un momento a otro
dejé de ser quien era
para convertirme
en lo que consideraban
la mujer perfecta.
Les creí.

Luego fueron por mi sexo.
Agujas que nadaron
de este a oeste
sellaron el inútil agujero.
Murieron mariposas,
desapareció la primavera.
Me dijeron que a partir de ahora
yo estaba completa.
Les creí.

Me soltaron moribunda,
sin un gramo de conciencia.
Regresé a la casa
sólo para dejar morir
a la pobre niña buena.
No quise dormir,
no quise despertar.
Sólo percibí el transcurso
de las horas a mi alrededor.

Mi nombre ya no importa ahora;
ya no sé quién soy.
El día de hoy
soy otra persona:
soy la Señorita No.

21/09/2014

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