Ella es como yo,
siempre lo he sabido:
con sus dramas,
con sus celos,
con sus estrategias
que demuestran
que me quiere
aunque no lo acepte.

Ella es como yo
cuando no me dice
lo que quiere.
Siempre espera
a que adivine
qué es lo que le pasa
cuando está cansada,
insoportable
y nunca habla.

Ella es como yo
cuando quiere ser perfecta,
cuando borra sus errores
porque sabe
que eso dice mucho de ella.
Es muy impecable,
nunca dice lo que piensa,
se pasa por la vida
corrigiendo en otros
lo que debería empezar
a mejorar por ella.

Ella es como yo,
que se enamora a la primera,
pero que tiene muy en claro
que al volver a casa
tiene alguien que la espera.

Ella es como yo,
pero también yo soy como ella:
mirando el tiempo
escurrirse en mi cabeza
cada vez
que no ha llegado.
Mandándole mensajes,
espiando dónde ha estado.
Llego al punto de mirar
a veces
a todo lugar al que voltea.

Yo soy como ella
cuando me fijo en sus errores,
en lo que me está ocultando;
cuando me molesto
cada vez que me arma
alguna de todas sus escenas.

Yo soy como ella
más de lo que creo
y ella es como yo
más de lo que niega.

Ella es como yo,
yo soy como ella,
siempre lo he sabido,
sin importar
por donde lo vea.

23/02/2013