Mapamundi

mapamundi

Bajo el yugo de tu entraña
se exhibe sin remordimiento
tu belleza.

Has escapado de la isla;
te posas en la hierba,
en la amapola,
mientras que con una mano
van tomando lo que jamás fue tuyo.

Siempre se agradece
la nobleza del que nada tiene
y aun así te ofrece
ser parte de su vida.

Pies ajenos te han querido entre sus manos;
son tu fortaleza.
Porque ningún otro puede ser más bello
que la potencia de tu rostro.

Es como vivir en el infierno:
en el lugar del eterno descanso,
cualquiera que éste sea.

La erosión te ha hecho hermoso,
casi perfecto.
Pierdes fuerza,
continúas llorando…
¿a quién,
si puede uno saber?

Los cuerpos se acumulan,
luchamos por convertir el anhelo
en un presente
que puede pasar como pecado.

Quieres un mejor futuro:
cantar alegre en los campos,
sentirte libre como siempre
con los castillos,
los palacios,
los corredores,
los fuertes.

Quieres derretir las sombras
que se llenan de humedad.

A veces lo que omitimos
es realmente
eso que sentimos.

El sol se escurre
en un afán de presenciar
todo lo que fuimos:
las pasiones, los errores.
El infierno se deshace entre los ángeles
que van huyendo del apocalipsis
por temor a satanás.

02/02/2014

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