Nadie escucha los corazones romperse a media noche
Ecos a lo lejos. Gotas resbalan sobre el agua y retumban como truenos. Cada noche el bosque esconde en sus adentros un misterio que muy pocos conocen: realidad desnuda oculta desde entonces.
Dolor que aúlla desde el cielo y al que jamás nadie responde.
Ver, se ha dicho, nos muestra realidades. Pero lo que sobrepasa el horizonte se vuelve insoportable a nuestros ojos cuando nadie más lo ha visto antes.
¿Dónde habita ese amor que desconoces? ¿Está allá afuera sin que tú lo nombres? ¿O espera ansioso a que lo encuentres y le pongas un pronombre?
La navaja deja expuesto el corazón a nuestros ojos. ¿Pero quién podría observar el amor que se halla dentro? Son muy pocos los que muestran qué hay más allá de la apariencia, aunque a veces la gente desde fuera no encuentre ninguna diferencia.
Hay voces que me han dicho que si un árbol cae y no estás cerca para oírlo no hace ningún ruido. Pero la lógica carece de sentido cuando lo único que sientes es tu corazón herido.
No espero que lo notes: Nadie escucha los corazones romperse a media noche.