Sexrevenge

Tres de espadas
y un as de corazones.
Confundidas las pasiones
retamos a la muerte
sin ponerle condiciones.

Espalda con espalda,
oídos sordos, la razón vendada.
Cada uno estaba listo
para este desafío
y desenfundar sus armas.

Si había quedado todo claro,
decidimos olvidarlo
y fingir como si no pasara.

Abriste la ventana
y te subiste a la primera nube
que besó tu cara.
Me dejaste aquí sentado,
con un cigarro a medio arder
y el cenicero lleno de palabras.

Salí a buscarte,
aunque la verdad,
debo admitir,
era que no quería
que me encontraras.
Me perdí en los laberintos
que tanto reclamaste
y que tú mismo quisiste que probara.

Yo sé que querías envenenarme,
pero no esperaste tú ponerte el pie
para caer en tu propia trampa.

Si para ti fue muy sencillo,
dejaste en mis manos el gatillo
que habría hecho
que todo explotara.

Pero no era algo que quería
ni que hubiese disfrutado.
Quería que me encontraras
desnudo
en los brazos de alguien
que apenas hubiera conocido.

Sexrevenge,
¿pero con quién?
Sé que sobran las opciones,
pero me faltan los cojones
para salir y pretender
que es muy fácil para mí
olvidar en estas situaciones.

Sexrevenge,
¿pero con quién?
Sabes que no busco
solamente quien me plazca,
sino alguien
que realmente entienda
qué me pasa.

No quiero comenzar de nuevo
la misma historia
cada vez
que llevo a alguien a la cama.
Solo quiero descansar tranquilo
sin pensar
si ha sido algo
que yo he dicho
o solamente las ganas
de hacerme pasar por un martirio.

Sexrevenge,
¿pero con quién?
Ojalá fuera contigo
para evitar este suplicio
de pretender que busco a alguien
cuando en realidad
tú eres lo que necesito.

16/03/22