Día frío o día soleado, pretextos siempre tengo para estarme todo el día de ti acordando.
En el metro o en el coche, nunca es mal momento para enviarte un mensaje de buenos días o buenas noches.
Sé más o menos cómo eres: olvidadizo o despistado, o eso has dicho siempre.
Contestas siempre cuando quieres sin pensar cuánto me hieres.
Nunca dices cómo estás ni qué más piensas. Me dejas siempre esperando la respuesta a preguntas que desde hace días deberían estar resueltas.
No te pido nada extraordinario Solo saber cómo has estado. Un momento solamente, ¿no tienes un segundo?
Dices que estás siempre ocupado: perdido ente papeles y viendo fechas en el calendario. Si no estás en la oficina estás en el gimnasio: tuiteando de la vida o compartiendo historias sin camisa mientras me tienes olvidado.
Me toma solo un momento decirte lo que siento. Solo un minuto para decirte que te quiero.
No te pido nada extraordinario. Solo saber cómo has estado. Que contestes mi mensaje. Un momento solamente, ¿no tienes un segundo?
Trato siempre de contarte algo interesante. Ver todas tus fotos, dejarte un comentario. Sabes que no me importa qué dicen los otros. No quiero agobiarte. Sólo que me digas qué estás atravesando.
Aparentas ser muy fuerte, incorruptible. Las redes te dan poder suficiente para inventarte una vida que no tienes. Crear problemas sin motivo, deconstruirte cuando quieras, qunque lo que digas no tenga sentido.
Respondes cada ataque, te tomas el tiempo para contestar cada mensaje. Y conmigo, ni un segundo de tu tiempo.
No te pido nada extraordinario. Sólo quererte como eres y saber cómo has estado. Un momento solamente: ¿No tienes un segundo?